EL MONTE DE LAS ÁNFORAS: MITO Y REALIDAD

Esta enorme acumulación, formada entre los siglos I y III d.C. no era, según la mentalidad de los antiguos, un monumento digno de ser recordado; tanto es así que el Mons Testaceus no es mencionado durante siglos.

La noticia más antigua que sobre el Monte se ha encontrado se retrotrae al siglo VIII d.C.; es una inscripción conservada en el pórtico de la iglesia de Stª Mª in Cosmedin, relativa a la propiedad de la diaconía, que había recibido en donación:

"bineas tabul(arum duarum et semis) qui sunt in Testacio"
("Dos tablas y media de viña que están en el Testaccio")

Inscripción conservada en el pórtico de la Iglesia de S. Maria in Cosmedin (Roma).
La "tabla" era una medida de superficie.

 

 

Las opiniones sobre la formación de la colina han sido numerosas, y la fantasía popular dio origen a diversas leyendas que pretendían interpretar el origen del Testaccio: acumulación de los escombros de la Roma incendiada por Nerón; depósito para las mercancías; restos de las urnas funerarias tras la destrucción de los colombaria de la vía Ostiense.

La idea más elaborada hipotetizaba que el Monte se había formado con los restos de las ánforas que llevaban a Roma los tributos pagados por todas las provincias del Imperio, como traduce en 1882 Arturo Graf del Libro Imperial:


El Monte Testaccio en una planta
de Roma de A. Tempesta (1593).
»Los tributos venían a Roma en vasos de tierra pintados con diversos colores, y esto ha permitido a los romanos tener de ello perpetua memoria, porque cuando el tributo llegaba a Roma, vaciaban y rompían el vaso en un lugar que parece un grandísimo monte...donde está el sepulcro de Remo...«


Vieja estampa del Monte Testaccio con el vía crucis.
Tras la Edad Media y durante varios siglos, fue el lugar preferido por los romanos para sus violentos ritos carnavalescos, fiestas ligadas a la vendimia y ceremonias religiosas.

Por su semejanza con el Calvario, sobre sus faldas fue instalado un Vía Crucis, como recuerda, aún hoy, la cruz situada en la cima del monte.

Fue también utilizado como cantera de material con el que hacer transitable el suelo de los fangosos caminos vecinos; o para construir, excavando en sus costados grutas en las que el vino se conservaba muy bien, dado que mantenían una temperatura constante de más o menos 17oC.


Decreto municipal de 1744,
con la reiteración de la prohibición (de 1742)
de pastar y extraer material del Testaccio.

El Monte Testaccio
en un plano de Roma
de F. de Paoli (1623).