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PROSPECCIÓN MAGNETOMÉTRICA EN ARVA |
Arva está situada a medio camino entre Sevilla y Córdoba, en la orilla del Guadalquivir . Las ruinas del Municipium Flavium Arvense (Alcolea del Río, Sevilla, España) fueron descubiertas a mediados del siglo XVIII. G. Bonsor efectuó algunas excavaciones a finales del s. XIX, de las que no se ha conservado información alguna. De 1988 a 1995 varias campañas de excavación han sido dirigidas por J. Remesal. | ![]() |
Gran parte de la importancia actual se funda en que Arva es el
único núcleo urbano antiguo en el cual se puede estudiar, a la vez, la
evolución urbanística de la ciudad y el desarrollo de una zona
industrial situada a sus puertas. La zona industrial conserva los restos
de numerosos hornos en los que han sido producidas las ánforas
Dressel 20 utilizadas para el transporte del aceite bético en
época romana.
El comercio del aceite bético, estudiado a partir de los
recipientes que lo contuvieron, constituye, actualmente, uno de
los más importantes temas de investigación sobre la economía
de la antigüedad. En este proyecto colaboran las universidades
de Southampton (Inglaterra), Lyon III (Francia) y el Bodendenkmalamt Baden-Württenberg
(Stuttgart, Alemania). En este momento el estudio de la
producción se halla muy retrasado debido a que han sido
realizadas pocas excavaciones. La ciudad romana de Arva reúne
todos los requisitos que justifican esta investigación. A partir
de las prospecciones ya efectuadas se podrá planificar toda una
serie de excavaciones.
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Muestra F1 (Nicols X, 20x). Típica mezcla del ladrillo de un horno. Es reconocible la heterogeneidad de los materiales utilizados en la mezcla. Se nota la presencia de cuarcitas, rocas metamórficas y fragmentos calcáreos. Muestra F2 (Nicols X, 20x). Típica mezcla de un ladrillo de horno. Se nota la presencia de vacuolas producidas por incrustaciones vegetales, eliminadas por la combustión, en las que aparecen cristales aciculares de calcita secundaria de neoformación. Muestra F1 (Nicols X, 20x). Inclusión de roca metamórfica (metagranito), típica del área, presente en la mezcla.
Difractograma X, de un adobe de la bóveda de uno de los hornos, ya conocido.
Se puede apreciar la ausencia total del mineral arcilloso (en F1 y F2) a causa del las elevadas temperaturas que alcanzaban los hornos.
Con objeto de identificar la presencia de restos de hornos, en
los cuales eran producidas las ánforas béticas, se ha realizado
una prospección magnetométrica diferencial sobre una área en
la que, en la que, gracias a una excavación, se habían hallado
ya dos hornos y numerosos fragmentos de ánforas. Este tipo de prospección
es el más indicado para la identificación de restos
arqueológicos: terracota, cerámica y hornos, dado que estos
presentan un elevado contraste de susceptibilidad magnética con
los terrenos circundantes; susceptibilidad debida sobre todo a la
presencia de materiales ferromagnéticos de síntesis, como
silicatos de hierro (gelenitas, diopsitas, ...). Minerales que registran
la dirección del campo geomagnético.
La posibilidad de determinar el campo geomagnético es de una importancia fundamental en la investigación arqueológica para detecter hornos, dado que los lugares de cochura, en el momento de su enfriamiento, registran la polaridad geomagnética. Mientras los productos cerámicos o sus fragmentos generalmente tienen una posición diferente a la del momento de enfriamiento, los hornos, donde estos han sido producidos, mantienen las posición geomagnética del último ciclo de la cochura.
Perfil del gradiente magnético
vertical dZ/dz.
El relieve magnético se ha determinado gracias a un
magnetómetro de protones Scintrex Geometrics G856. Con la
finalidad de medir y memorizar los valores de la intensidad total
de los campos magnéticos entre dos sensores situados a una
distancia de un metro el uno del otro ; el sensor inferior
colocado a 1.3 m del suelo. Las mediciones se han realizado en un
área de aproximadamente una hectárea, con intervalos de un
metro, a lo largo de un perfil con acimut N245. Como resultado,
el mapa del campo magnético diferencial muestra un gradación de
150NTM-1 en correspondencia con los dos hornos ya conocidos e
indica, además, otras cinco áreas con un gradiente análogo con
lo cual se puede inferir la presencia de hornos enterrados (ver
perfil).